Mujeres con discapacidad reclaman mayor accesibilidad e inclusión en las calles
“La falta de accesibilidad en nuestras calles también es considerada una forma de violencia contra las personas con discapacidad”, demandó Luz María Vílchez, mujer con discapacidad física que a diario debe sortear baches en las veredas o ser cargada en su silla para bajar de las aceras ante la falta de rampas en la calles de Ate Vitarte.
“Somos invisibles para los alcaldes ya que los alrededores de la misma municipalidad de Ate Vitarte están llenos de huecos y sin rampas. Y en el Palacio Municipal no hay baños accesibles”, afirmó Vílchez, que forma parte del proyecto “Impulsando el derecho de las mujeres con discapacidad a una vida libre de violencia y discriminación en Perú”, llevado a cabo por COCEMFE y la FRATER y financiado por Ayuntamiento de Madrid y Fundación ONCE.
Además de los huecos en las veredas, están los buzones de agua hundidos que dificultan el desplazamiento de las sillas de ruedas y los carteles que colocan los comercios en las veredas impidiendo el tránsito de las personas con discapacidad.
Esta falta de accesibilidad también se ve a diario en el transporte de Lima ya que las personas con discapacidad que utilizan sillas de ruedas no pueden acceder al transporte público ya que los conductores se niegan a llevarlos, por lo que trasladarse en taxis, gastando más de 60 soles si desean ir a vender sus productos, en el caso de las personas con discapacidad artesanas.
Discapacidad visual
En el caso de las mujeres con discapacidad visual, la ciudad tampoco no responde a sus necesidades para desplazarse adecuadamente ya que si bien existen en algunas zonas los pisos podoctatiles (que tienen una superficie de botones o domos) estos no son los adecuados, dio a conocer Rosa María Juárez de la Comisión de Damas Inividentes (CODIP). Asimismo, aseguró que es importante seguir implementando los semáforos auditivos pero también es necesario más educación vial de parte de los mismos conductores.